En el caso de
Sincelejo la situación no parece diferir
mucho y el desprestigio ha alcanzado a
algunos siervos de Dios, que de una u otra manera, no han guardado su
integridad y su posición en Cristo y se
han dejado deslizar por el tobogán fácil de la avaricia convencidos que la plata puede reemplazar el
poder y la autoridad de Dios y manejar algunas iglesias a su antojo. Es el caso actual del presidente de una asociación de pastores quien está
enredado en un problema de estafa que lo tiene con un pie en la cárcel.
En efecto, en un proyecto que este pastor auto llamado Apóstol Jose Mejía, en compañía de
los señores Wilson Rueda Barón y Alberto
Guerrero, (que se llaman asimismo
cristianos , son oriundos del interior del país y están
al frente de una dudosa fundación
que se dice gestionar dineros del extranjero) adelantaron desde hace
cinco años , un “proyecto”
para dar vivienda gratuita a
todos los cristianos que
quisieran cobijarse “bajo esta bendición” , lo único que debían hacer los
propios interesados eran dos cosas , primero , afiliarse a dicho programa por medio de una
suma de $80.000 ; pudiendo recaudar una enorme cantidad de
millones cuando más de mil familias del sur de la ciudad, respondieron presto
al reto . Y el segundo requisito era que las familias decididas a embarcarse en este programa,
debían congregarse en la iglesia de dicho pastor para estar “bajo la cobertura de Dios” donde
pudieran entregar puntualmente sus diezmos y ofrendas.
Durante más de
cinco años estas familias estuvieron descrestadas por este
espejismo financiero , mientras el
siervo de Dios , alegre y contento, predicaba con entusiasmo el amor de Dios y su deseo de que cada uno de
sus hijos fueran ricos y felices como él ya lo estaba siendo . Sin embargo,
como el proyecto se alargara y no se vieran casas por doquier, ni siquiera una
miserable bolsa de cemento o de varilla, la gente comenzó a murmurar y a especular sobre la seriedad del mismo. El
Meridiano de Sucre, tan parco en presentar noticias evangélicas
positivas, salvo las que producen
escándalo para aumentar su venta y socavar la credibilidad del evangelio,
apenas vio el filón noticioso que representaba esta situación, tomó cartas en
el asunto y le dedicó un buen espacio en la primera página porque ya algunos miembros, de los que nunca
faltan que ayudan a sacar a la luz lo que está en la oscuridad, habían comenzado a quejarse porque todo les parecía un timo, una mentira, hasta que obligado por la presión de la
comunidad y de la prensa escrita, que logró poner en tela
de juicio sus intenciones, el susodicho apóstol Mejía tuvo que tomar el
micrófono ( hace escaso 10 días) para anunciarle
a su iglesia que el programa de vivienda se
había caído “porque habíamos descubierto que esto eran dineros que
venían del narcotráfico”, sin tener en cuenta que ya había sido advertido por
el dpto. Jurídico de otras congregaciones y concilios de la ciudad, de la estafa
que esto representaba. Y cuando la
comunidad, exasperada por la frustración, reclamó entonces la devolución de su
dinero, franca y orondamente aseguró que “estos dineros se invirtieron en papelería y que él no tenía
un peso para devolver”.
El cuento no
hubiera pasado a mayores si este caso, con los mismos personajes de
marras, no hubieran querido extender sus
ilusiones económicas y por ende, sus
ingresos, en la zona del Bajo San Jorge
, específicamente en San Marcos, Sucre,
a donde llegaron confabulados
para hacer lo mismo que habían hecho en Sincelejo ; engrosar sus cuentas
corrientes y descrestar al pueblo
cristiano . Y lo hubieran logrado si el presidente de entonces de la asociación de esta región, Edinson Jaramillo, no se hubiera parado en su punto y se hubiera
negado a pedir un solo peso a ningún feligrés
que quisiera involucrarse en el proyecto , no ya de casas de interés
social, sino de una comercialización masiva de arroz donde todos los cristianos debían estar inscritos
para tener derecho a “la bendición”.
Ante esta falla
inesperada, los tres personajes involucrados no se dieron por vencidos, sino
que apoyados por su recursividad y su destreza, presentaron un nuevo “proyecto”, no ya de
vivienda ni de arroz , sino de palma
africana, diez mil hectáreas que debería empezar en Galeras y terminar en San
Marcos, Sucre. Los que estuvieran
afiliados respaldando el “proyecto”, recibirían, cuando el proyecto estuviera
en plena producción ( la palma africana demora 7 años para ser productiva ) un
sueldo mensual de un millón de pesos en
un lapso de 20 años, que es el tiempo que demora la vida útil de esta planta. Ante tremenda oferta, muchos feligreses se saltaron el conducto pastoral y
desoyeron sus consejos , y otro grupo de inconversos buscaron plata donde no la tenían, la prestaron o
vendieron algunos de sus animales , para
entrar en “la bendición”. De esta manera , en poco
tiempo , más de 250 familias se
“afiliaron” a esta mentira , siendo esquilmados de forma descarada en su
economía. El que menos entregó, entregó
$100.000 ; pero hubo otras familias pobres
, de escasos recursos , que entregaron
hasta la suma de $400.000.
¿Qué es lo que
sucede para que comunidades enteras de
cristianos sean estafados y engañados de
eta manera tan simple, y corran detrás
de una quimera de estas dimensiones? Creemos
que una de estas razones es la falta de discernimiento y de prudencia que debe tener
el cristiano , que debe tornarnos mansos
como palomas y astutos como serpientes , conducta que nos exigió el Señor
Jesucristo, previendo esta ola de oportunismos y salteadores que están
llegando a nuestras iglesias; pero como
ya no oramos, y consideramos que no hay necesidad de ayunar ni
buscar a Dios “porque todo está consumado”, perdemos
la efectividad de los dones con que
fuimos dotados y que deben ser afinados por medio de la búsqueda de Dios- Otra razón muy poderosa, y de pronto más importante que la anterior, es
el deseo de lucro, por causa de lo cual, dice la Palabra, algunos se
extraviaron de la fe y fueron traspasados de muchos dolores … ( 1ti 6-10 ).
Para
ejemplo está la vida de este ministro que
cuando al fin fue descubierto y tuvo que enfrentar los hechos , no se le vio por ninguno lado
afectación o arrepentimiento, no se le vio el deseo de volver su corazón a
Dios y buscar el perdón de sus hermanos, sino que por el contrario, entró en desafío frente
al mismo cielo y a los mismos hombres y
en vez de humillarse y ser coherente con lo que algún día predicó, cuando
vio que muchos comenzaron a abandonar su iglesia, lo que hizo fue desafiar al público diciendo: _Yo me compré un
carro hace algún tiempo que me costó tantos millones, y ahora me voy a comprar
otro que es mucho más caro , más fino y
de mejor calidad que me cuesta tantos
millones más , y lo voy a hacer así esto le arda a quien le quiera arder, ¿quien alaba al Señor por esta bendición?
¡alábenle , alábenle!
Y la
congregación comenzó a alabar.
Realmente, ¡apague
y vámonos!
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